lunes, 25 de junio de 2012

La luz en la oscuridad

Todos tenemos esos momentos en nuestras vidas, en las cuales sentimos que estamos en un pozo y que jamás vamos a salir de ahí.
También tenemos esas personas que nos ayudan a salir de esa oscuridad, de esas tristezas, de esas lágrimas, para convertir nuestra soledad en algo pasajero acompañándonos en cada paso, en cada vivencia.

Ayer, una de esas personas apareció en mi vida, nuevamente.
Nuestro amor fue tan intenso. Con tantos altibajos. Con tanto amor, que a juzgar por la edad que teníamos, cualquiera podría decir que fue "El primer amor".
Él fue en su momento la luz en la oscuridad. Fue mi sostén, mi crecimiento, mi corazón, mis ganas de conocer el mundo como nunca antes lo había conocido.
De hecho, pasan los años, y parece como si nunca hubiera pasado el tiempo. Como si nuestro amor, hubiese quedado pausado para poder continuarlo cuando estemos preparados, cuando nos dignemos a estar juntos. Mejor dicho por él: "Cuando vos te saques los miedos y te des cuenta que te amo y que nunca dejé de hacerlo". La cuestión sería que sacar mis miedos, no es una tarea fácil.

De adolescente, fui una chica muy segura de mi misma. Sabía que quizás no por mi cuerpo, sino por mi forma de ser, simpatía y demás cosas, podía tener al hombre que quisiera. Y de hecho así fue. Nunca me costo tener a un hombre al que todas deseaban y nadie podía tener. Pero con el tiempo, me fui dando cuenta, que lo que hacía no me llenaba el alma. Me quedaba vacía después de cada encuentro.
Conocí hombres interesantes, y hombres que parecen interesantes y son unos pelotudos con todas las letras.
En el medio, apareció él. Un chico diferente a los que estaba acostumbrada a conocer. Con una personalidad que desbordaba a cualquiera que se le acerque. Con una seguridad que sorprendía. Con una capacidad para amar como pocos pueden tener. Quizá fue el hombre que más me amo en mi vida. Ese hombre que en realidad era un niño cuando llego a mí, y que con el tiempo dejo de serlo para transformarse en lo que es hoy. Es el hombre que jamás hubiera pensado que podía llegar a "darme bola" (por mi complejo de inferioridad, que en ese entonces empezaba a florecer). El que a pesar de las cagadas que me mande con el, jamás dudo del amor que le tenia. El que cada vez que hablamos me repite "Te di mi corazón, mi vida, mi cuerpo. Y te lo volvería a dar mil veces más". Él es un hombre de teatro, de arte, de magia y de locura. Es el hombre que con un suspiro podía despertar cosas en mi que ningún otro podía ni pudo. En fin, era MI hombre.

En la vida, pasan personas que se alejan pero con el tiempo y con muchos cambios, vuelven a aparecer, para recordarnos que no todo lo que hicimos estuvo mal. Que dejemos de castigarnos por cosas del pasado. Que nos perdonemos a nosotros mismos, para poder afrontar las cosas que vienen, sin miedos ni prejuicios. Para recordarnos que la vida es algo mas de lo que vemos superficialmente, es más simple de lo que pensamos, es más hermosa de lo que creemos y es más brillante de lo que la juzgamos.

No sale de mi asombro, las cosas que nos van sucediendo a medida que uno mismo se permite cambiar y crecer.
El miedo y la comodidad, hacen que uno no pueda ver las cosas como realmente son, que nos alejemos de personas que valen la pena, que dejemos de vivir las cosas hermosas que realmente nos merecemos, que no podamos reconocernos, encontrarnos, ni amarnos a nosotros mismos.

Que bien que se siente empezar a perder el miedo. Amandome con mis defectos y mis virtudes. Y lo que es mejor aún, empezar a permitirme ser quién soy.



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